Primero lo castiga con una nalgada y luego lo beneficia con una buena paja

Como dicen, uno de cal y otro de arena. primero el amo le da a su sumisa una buena nalgada. azotar con el cinturón, con las pantuflas, con el látigo… porque no le quedaba otra cosa que no azotarlo también con ellas. luego, para compensarlo, lo masturbaba con mucho aceite lubricante hasta que se secó, primero el castigo y luego el beneficio.