Dando órdenes y jugando con el culo caliente sumiso del hijo del jefe.

Que mala suerte tengo. mira que hay hoteles en la ciudad y termino en el mismo hotel que el hijo de mi jefe. no me dejará descansar ni un minuto. cansado y aburrido de aguantarlo, le digo que le voy a enseñar algunas cosas y que ahora soy yo el que manda. me encanta verlo sumiso como un gatito mientras le destrozo el culo y lo hago gemir por más sin parar.