No lo puedo negar, pecador empedernido, y más con la penitencia que me pone este cura.

Estoy haciendo turismo aprovechando unos días libres del trabajo. Me llama la atención una de las iglesias que encuentro en uno de los pueblos que visito. aprovecho para echar un vistazo y si además puedo confesar mis pecados de anoche con un bronceado impresionante, mejor que mejor. que sorpresa me llevo cuando el cura que me confiesa me pide que le enseñe la polla por un agujero para saber que penitencia poner mientras le golpea bien el culo para que se la meta bien adentro. qué castigo más rico el de este sacerdote.