Si vas a seguir con las pollas en mi coche, el mío quiere unirse a la fiesta.

Nunca pensé que algo así podría pasarme a mí y a mi coche. Voy a buscar a dos chicos para llevarlos a un restaurante donde uno de ellos ha preparado una sorpresa para el otro. Una de las veces que miro por el espejo retrovisor los veo metiendo las manos y con la polla fuera. Les digo que ya casi llegamos y apenas me prestan atención. Terminamos en el garaje donde dejó los autos comiéndonos la boca mientras el pelinegro nos chupa las dos pollas. que culo rico y peludo tiene el novio de la morena.