El director de la prisión me da un buen castigo por mi rebelión. me encanta portarme mal.

Esta vez mis amigos y yo nos divertimos un poco. Terminamos en una pequeña pelea y yo termino tras las rejas. antes de llamar a mis padres para que me saquen y tener que aguantar sus reproches de que soy un veinteañero loco, prefiero pasar el fin de semana en la cárcel. el director es un tirano de traje y corbata al que le encanta visitarme en mi celda y tentarme mostrándome su polla rígida y gorda a través de los barrotes. lo que no sabe es lo mucho que me gusta lamer una buena polla aunque esté tras las rejas.